miércoles, 9 de marzo de 2016

Capítulo 5 - Un asesino culto

Reparar el barco iba a tomar todo el día, por lo que tuvieron tiempo de recorrer Nargor y buscar alguna oportunidad de trabajo.
Fue conversando con Duncan que esta oportunidad apareció. Cuando estaban vendiendo algunos objetos que habían robado en el Bastión, la bolsa de dinero que Duncan les entregó contenía una nota de una persona misteriosa pidiendo reunirse con ellos.

—Están aquí por la nota —dijo Morgan—. Hmmm, quizás tengamos algo de qué hablar.

—Estoy escuchando —dijo Naimbroth.

—El archipiélago es un lugar ocupado. Guerra, piratas, y otras catástrofes. Mucha gente que no se lleva bien. A veces de verdad no se llevan bien, y quizás quieren hacer algo al respecto.

La propuesta comenzaba a sonar interesante.

—Y dónde entramos nosotros en eso?

—La gente que se encarga de ese tipo de cosas puede andar muy ocupada, y a veces no se tiene a quién recurrir cuando uno anda corto de personal.

—Excelente. Como funciona esto entonces?

—Te entrego un pergamino. Lo lees, y aprendes sobre alguien interesante. Si un día te enteras que le ocurrió algo, algo ... desafortunado, entonces vienes a hablar conmigo y te doy algo de dinero por ... hacérmelo saber.

—Y si decido no hacer nada?

—Si no te gusta lo que hay en el pergamino, no hagas nada. Quizás esa persona tenga un accidente y otro venga a contármelo todo.

—Venga, dame ese pergamino.


Hotis. Un mago de Venore que había decidido abrir su propio emporio de objetos fantásticos, y al parecer a la competencia no le hizo gracia. Ofrecían 4000 monedas de oro por él, y a la tripulación le brillaron los ojos.

Venore se encontraba sobre la costa norte de Vandura, la isla más grande que se encontraba al sur. La ciudad de los magos, le llamaban, porque ahí estaba la Universidad de Magia y por ende tenía la mayor concentración de magos en el archipiélago.

Normalmente el viaje tomaba 6 días en barco, dirigiéndose primero hacia el este por la costa de Kharos, la isla donde se encontraba Nargor, luego hacia el sur por la costa de Zao, la isla montañosa donde se encontraba Kazordoon, la ciudad de los enanos, y luego de vuelta hacia el oeste por la costa de Vandura, la isla más grande donde se encontraban Thais en la punta este, Venore en el centro, y Carlin al oeste.

Sin embargo la tripulación estaba ansiosa y decidió aprovechar las habilidades de Jinei como navegante, quien jamás se perdía en el mar, y cortaron camino a través del mar de los monstruos, reduciendo el viaje a tan solo 4 días.

Afortunadamente no se encontraron con ninguno de estos monstruos fantásticos, fuera de una gran ballena a la cual no pudieron cazar. Desafortunadamente no se encontraron con ningún barco mercante al cual saquear, tampoco, ya que esta no era una ruta comercial. Ni siquiera era una ruta.

Llegando a Venore los problemas comenzaron a aparecer incluso antes de atracar. La tripulación ya miraba con asco esta ciudad "de la civilización", en donde solo el papeleo para poder atracar costaba 200 morlacos, más una cuota de 50 por cada día que estuviera en el muelle. Sin embargo estaban aquí para hacer un trabajo, y era mejor seguir las reglas y no comportarse acorde a su naturaleza salvaje y caótica.

Los muelles de Venore estaban divididos en dos secciones, la parte baja y la parte alta. La parte alta era un asco de limpieza y orden, en donde la gente civilizadamente hacía sus negocios y cargaba su cargamento legítimo abordo de sus legítimos barcos. La parte baja era todo lo contrario, donde la seguridad era más escasa y donde la gente pobre podía acceder.
Es a esta sección del muelle a la que se dirigieron, porque debían encontrarse con Baxter, el encargado de una taverna de mala muerte y quién los podría orientar un poco en la ciudad.

Baxter era un hombre no muy corpulento pero sí panzón, con una pelada que brillaría si no estuviera llena de mugre. Estaba detrás de la barra limpiando unas jarras de cerveza con un trapo que parecía haber sido usado para limpiar el interior de un cañón.
Baxter tomó seis de estas jarras "limpias" y las dispuso sobre el mostrador.

—Qué van a llevar? —preguntó.

—Dame lo más fuerte y barato que tengas —dijo Jaimies, y Reggae Shark se unió al pedido.

—Licor de la Ciénaga entonces. Los demás?

Jaimies y Reggae Shark se bajaron el trago de fondo blanco y casi se les dan vuelta los ojos.

—Para nosotros nada —dijo el capitán—, venimos buscando a Baxter.

—Vienen de parte de Cosco? díganle que el pago se atrasó un poco pero que lo voy a tener pronto para el viernes!

La tripulación intercambió miradas, excepto Jaimies y Reggae Shark que tenían un pedo azul y ni podían ni enfocar la vista.

—No, venimos de parte de un amigo en el norte, en Nargor, que dijo que podias ayudarnos con un pergamino ...

Baxter sonrió, mostrando unos dientes que ya habían dejado de ser amarillos para pasar a ser totalmente marrones, del color de la madera mugrienta de la barra. Mirando detenidamente vieron que faltaba un pedazo de madera en una de las esquinas de la barra, y se preguntaron si habría una conexión allí...

—Ahh, colegas de Morgan entonces. Por favor, pasen a mi oficina —dijo señalando a una mesa que se encontraba en el rincón.

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