lunes, 29 de febrero de 2016

Capítulo 1 - Arribo a Nargor

El barco se mecía sobre las olas mientras se acercaba lentamente al puerto de Nargor.
Desde lejos se empezaban a distinguir los distintos razgos característicos de la ciudad, siendo el mal olor de lo más destacable. Incluso antes de atracar ya se veía a las mujeres de la calle acercarse a ofrecer sus servicios, mientras la tripulación del Rebuque Infernal comenzaba a intercambiar miradas de expectativa y ansiedad.
Por fin una ciudad apropiada a tan infame grupo de anti-héroes.

La persona buscada era Lorek, un hombre "de negocios" según la descripción que dio el extraño hombre en Carlin, que andaba en busca de un grupo de idiotas que no tuviera problema en agitar una colmena de avispas.
Por fin un trabajo apropiado a tan infame grupo de anti-héroes.

Lorek era un hombre corpulento, casi gordo, pero con un aire de confianza, con movimientos tan precisos y calculados, que delataban que sabía manejarse.
—Telios —dijo Lorek, indicando una de las casas dibujadas en el mapa sobre su mesa. —Lo quiero muerto. Tiene un collar con un símbolo de su Orden. Tráiganme el collar como evidencia.
Naimbroth hizo una mueca de auto-satisfacción. —Déjelo en nuestras manos— dijo, se giró sobre sus talones y comenzó a andar, con el resto de la banda detrás de él.

Si bien la casa no era nada del otro mundo, era de dos pisos, con un balcón custodiado por dos guardias.
Aparentemente esto no iba a ser un trabajo tan simple.

Reggae Shark tomó la iniciativa. Comenzó a encojerse poco a poco, mientras su armadura y equipo se iban transformando y mezclando con su escamosa piel, hasta quedar reducido a un pequeño gato negro con ojos amarillos. Se trepó por una enredadera que crecía al costado de la casa mientras el grupo esperaba no muy discretamente a unos cuantos metros de distancia.
Una vez en el techo se dejó caer en el balcón y se escabulló hacia el interior de la casa. Varios guardias más se encontraban allí, dos de ellos custodiando una puerta cerrada al final del pasillo.

Sin muchas ganas de hacer un reconocimiento profundo ni de delatar su presencia, Reggae Shark abandonó el precinto y se reencontró con el resto del grupo para comunicarles lo que vio y planificar una estrategia.

Por supuesto, tratándose de este grupo, existía una sola posible estrategia.

Sigilosamente y con algo de suerte, sumado con una pequeña distracción sonora, se acercaron a la casa y treparon al techo por el costado. El plan era simple: saltar al balcón y matar rápidamente a los guardias, para luego entrar en la casa y matar todo lo demás.

Chen-Kuo y Jinei eran las personas apropiadas para la primera fase.

Chen-Kuo saltó sobre uno, tapandole la boca con una mano para evitar que haga ruido, y colocando estratégicamente la otra sobre su nuca. El cuello se torció y el cuerpo cayó flácido a sus pies.
Jinei fue mucho menos discreto. Con su armadura pesada saltó , apuntando a caer detrás del guardia. La gravedad y su espadón trabajaron en conjunto para partir el guardia a la mitad de un solo golpe.

Naimbroth, Reggae Shark y Jaimies saltaron detrás de ellos, y juntos se adentraron en la casa.
Los guardias venían de todas direcciones, por lo que Reggae Shark dio uso de sus poderes sobre la naturaleza para invocar una jauría de lobos rabiosos, para luego transformarse en un lobo aún más grande y dirigir su manada hacia la batalla.

Rápidamente despacharon a los primeros guardias, pero fue ahí cuando Telios apareció.
Un clérigo de Bahamut en armadura pesada completa, con su símbolo sagrado colgando del cuello, una maza y escudo radiantes de energía sagrada, pronto para desterrar el mal de la tierra.
No le duró mucho.

Mientras Jinei y Chen-kuo se encargaban de los guardias, la jauría de lobos se abalanzó sobre el desprevenido clérigo, quien procedió a ser devorado por los lobos.

Sin deseos de quedarse mucho más tiempo del necesario abandonaron la casa, no sin antes robarle la armadura al clérigo, su símbolo mágico, y una bolsa mágica que tenía en su habitación privada.
Luego de entregar el símbolo a Lorek, pudieron cobrarse la recompensa prometida de 1800 monedas de oro.
Por fin una recompensa apropiada a tan infame grupo de anti-héroes.